Un seno al margen o entrelíneas
codicia ajena del imperio
de algodones azucarados
al viento.
No importa lo imaginario
sin la calma del mundo
que al ser ancho de caderas
te es-propio
A pesar de que cuento en decimales
no puedo demorar los dedos
que en proa deslizan
guiños al sotavento.
Sin embargo,
está tu sombra
anclada
llorosa
hurgando en mi pecho.